jueves, 11 de octubre de 2012

catecismo de la independencia

En el estudio de los antecedentes de lo que hoy denominamos sistema educativo resulta imprescindible acudir a la edad moderna y a los inicios de la contemporánea. A partir de los cambios acontecidos en ese tiempo, donde el influjo del pensamiento ilustrado se extendió a todos los ámbitos, la confianza en la instrucción como necesaria para el progreso material y moral de los pueblos hizo que numerosos autores aventuraran teorías sobre la educación, la instrucción y los métodos didácticos. Algunos de ellos, como los políticos de la Revolución francesa, no se consideraron propiamente te-óricos o renovadores de la pedagogía, sino políticos de la educación, que concebían la enseñanza como un asunto de Estado. Así, es lugar común destacar a Condorcet, Mirabeau, Talleyrand, Lepelletier o Lakanal, quienesdesde sus cargos intentaban poner remedio al analfabetismo o la precariedad de los maestros mediante la creación de un sistema de instrucción pública.
Si tomamos la Revolución francesa como uno de los elementos clavepara entender las diferencias entre antiguo régimen y modernidad, o entrebsolutismo y liberalismo, hay que reconocer, como señala Julia, que no es extraño que la educación moral constituyera la piedra angular de todos los proyectos revolucionarios, desde el momento en que sólopor medio de la instrucción podría asegurarse la construcción de una sociedad sobre nuevas bases. La instrucción modelaría al hombre nuevo, alpueblo regenerado, libre de los prejuicios del pasado.
En este sentido, junto con la preconización de un sistema de instrucción pública, aquellas fechas fueron el detonante para la publicación de varios catecismos no religiosos, modelo que se exportó a Europa y América(Ruiz de Azúa, 1989, pp. 5-12). Unos estaban directamente orientados a laenseñanza escolar, pero otros se dirigían al ciudadano en general, e inclusoa la enseñanza de adultos que se realizaba en las escuelas ad hoc. Su contenido variaba según la ideología de los autores y de los acontecimientos del momento en que eran escritos, incluida la forma de Estado del país delque procedían.
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CATECISMOS POLÍTICOS E INSTRUCCIÓN POLÍTICA Y MORAL DE LOS CIUDADANOS (SIGLOS XVIII Y XIX) facultad de Educación. UNED Educación XX1. 12, 2009, pp. 201-2182. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS CATECISMOS
POLÍTICOS
Como es de rigor, los autores que han abordado el tema de los catecismos políticos hacen referencia al origen de la acepción, desde la etimologíadel término “catecismo”, hasta las distintas aplicaciones que han tenido(Ausejo y Hormigón, 1999; Capitán Díaz, 1978; Muñoz Pérez, 1987; Traffano,2007; Sagredo Baeza, 1996; Zúñiga, 2007).
Se ha observado así que el método sencillo de preguntas y respuestas breves de ancestrales catecismos de temática moral, filosófica o religiosa fue emulado en otras áreas. Durante los siglos XVII y XVIII se redactaron catecismos en diferentes campos profesionales, proliferando los políticos a finales del XVIII —en torno a la Revolución francesa— y en el XIX.
Los catecismos civiles y políticos han sido enfocados desde diversas ópticas. Aunque a menudo se ha resaltado la gran influencia que tuvieron, experimentando algunos de ellos varias reediciones, faltan bastantes datossobre su utilización real e impacto. En cualquier caso, las investigacionespor países proporcionan informaciones que hacen pensar que se distribuyeron ampliamente tanto para la población en general como en la escuela.
Según Solano Rodríguez, a raíz de la guerra de la independencia española algunos catecismos políticos y patrióticos españoles antinapoleónicosllegaron a Inglaterra y Austria, y fueron traducidos al alemán o adaptados.
De entre los adaptados destacó el Kurzer Katechismus, escrito en dos versiones por Ernst Moritz Arndt, que tuvo gran repercusión en los países germánicos a partir de 1812, con una tirada de entre 60.000 y 80.000 ejemplares. Éste y otros catecismos, junto con más escritos propagandísticos de laépoca, intentaban dar la imagen de que la monarquía y el catolicismo podrían ser factores esenciales para la lucha contra el invasor
En relación con la difusión en el sistema educativo, valga el ejemplo deMéxico, donde se introdujo el “catecismo civil” como libro asociado a la“educación cívica”, materia obligatoria en la Nueva España según la Ley deInstrucción de 1820. En Puebla se reeditó el Catecismo político arreglado a laConstitución de la monarquía española (Razo Navarro, 1999). Tras la Constitución Federal de 1857, y a medida que se definían los programas de estudios, hubo en Oaxaca catecismos políticos para la enseñanza primaria facilitados por el Gobierno o impresos por el Estado.
MARÍA ÁNGELES SOTÉS ELIZALDE CATECISMOS POLÍTICOS E INSTRUCCIÓN POLÍTICA Y MORAL DE LOS CIUDADANOS (SIGLOS XVIII Y XIX)...
Facultad de Educación. UNED Educación XX1. 12, 2009, pp. 201-2183. CRONOLOGÍA DE LOS CATECISMOS POLÍTICOS FRANCESES Y ESPAÑOLES
Centrándonos en Francia y en la España peninsular, presentamos enlos siguientes epígrafes una relación cronológica de diversos catecismosque reflejan la transición entre antiguo régimen y modernidad, a la vez quemuestran las peculiaridades nacionales e incluso las diferencias dentro decada nación según la fecha de redacción.
En la mayoría había una combinación de contenidos de derecho, política y moral, con mayor o menor peso de cada uno de esos elementos. Unoseran anónimos o de ciudadanos desconocidos y otros los firmaban autoresdestacados del mundo de la literatura, maestros, curas o representantes delpoder político en activo.
Aunque en España los catecismos políticos más conocidos son los delprimer tercio del siglo XIX, existieron otros posteriores. No todos llevabanen su título el adjetivo político junto al sustantivo catecismo, pero su contenido, o parte de él, podría calificarse de político. Por otro lado, el acceso a diversos catecismos franceses anteriores y posteriores a la Revolución francesa nos ha permitido establecer semejanzas y diferencias y estudiar matices que pueden contrastarse con los catecismos políticos españoles.
4. CATECISMOS POLÍTICOS FRANCESES
4.1. Catecismos políticos monárquicos (1787-1792)
En Francia, en el último cuarto del siglo XVIII, en plena crisis de laMonarquía, se publicaron varios catecismos con preguntas y respuestasacerca de la conveniencia de la convocatoria de los EstadosGenerales y de laforma en que debían estar representados sus tres estamentos: nobleza, cleroy tercer estado. Eran lógicas estas consideraciones, tras haber pasado más desiglo y medio desde la última convocatoria en 1614.
El más extenso fue el Catéchisme du citoyen, ou Elemens du droit public français, par demandes & réponses, suivi des Fragmens politiques, escrito por Joseph Saige, con ediciones de 1787 y 1788.
En él se defendíandos de los que ahora consideramos derechos individuales clásicos del liberalismo –la libertad civil y la propiedad– bajo una forma monárquica aristocrática donde el poder legislativo residiera en la nación –compuesta por elrey y los tres estamentos– y el ejecutivo en el rey y el parlamento (la “Courde Paris”). En el apartado dedicado a la religión del estado, el autor resaltaba que ésta era la cristiana católica del rito latino, pero apoyaba las li-
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CATECISMOS POLÍTICOS E INSTRUCCIÓN POLÍTICA Y MORAL DE LOS CIUDADANOS (SIGLOS XVIII Y XIX).
Facultad de Educación. UNED Educación XX1. 12, 2009, pp. 201-218bertades de la iglesia gallicana según la Pragmática Sanción durante elreinado de Carlos VII.
Mucho más escuetos fueron el Catéchisme patriotique “par une bonnecitoyanne” y el Catéchisme des Parlemens, ambos de 1788 y anónimos, centrados en aspectos específicos. El primero trataba de las bondades del Ministro del Estado Jacques Necker, en quien confiaba para rescatar a los ciudadanos de la esclavitud de los nobles y hacerles conocer la beneficencia delrey; y el segundo definía a los parlamentarios como los oficiales del rey, encargados de devolver la justicia a los pueblos. Contrario este último a la convocatoria de los Estados Generales, los aceptaría transitoriamente según laforma de 1614, con un voto por estamento, y no según una nueva forma basada en el voto individual, que daría más representación al tercer estado. Lapostura opuesta la representaba el Catéchisme du Tiers-état, à l’usage de toutes les provinces de France, et spécialement de la Provence, también de 1788,del aristócrata revolucionario Pierre-Antoine Antonelle, defensor de unaasamblea de los comunes –cuyo número de representantes fuese al menosigual al de las dos primeras cámaras– y del reparto de impuestos entre lostres estamentos.
En 1789 aparecieron varios catecismos políticos anónimos con contenidos de tipo cívico, moral o político, presididos por la idea del hombre creado por Dios (Catéchisme National) o de la rendición de cuentas del monarca ante Dios (Catéchisme Politique, Monarchique et François). Cada uno consus matices respetaba la monarquía como forma de gobierno, siempre que elrey sometiese su voluntad particular a las leyes de reino, según la voluntadgeneral o el bien común. Sin embargo eran muy diferentes en cuanto a laconvocatoria de los estados generales: mientras que el Catéchisme Politique,Monarchique et François los admitía con muchas reservas, y siempre según
la forma de 1614, el Catéchisme National estaba a favor de la abolición de los privilegios de la nobleza y del clero, y de su desaparición como cuerpos específicos

D E C L A R A C I O N  S E P T I M A ,
De la unión.
P, Habiéndose ya fundado que no puede subsistir el • Imperio si no se unen
todos sus habitantes en un mismo culto religioso, ¿ de qué unión traíais
aquí ?
R .  De la fraternidad y mutuo amor,
sin la cual es no menos temible que
se destrocen los pueblos.
P. 1 Una vez cimentada la independencia
se puede temer con fundamento que esta
unión llegue á romperse ?
R . Ya hemos dicho que la igualdad establecida entré todos los ciudadanos,
debe producir la coherencia de ideas
y de voluntades.  L a discordia sin
embargo halla mil pretestos ridícu •
los de separar á los hombres, y el
espíritu nacional es el que mas  V ;
d i v i d e .  En todo el mundo se observa , que los reinos se oponen entre sí, dentro de un reino las provincias, dentro de una provincia las ciudades, y basta en una misma ciudad
sus diversos barrios ó cuarteles.  E n -
tre nosotros es muy antigua, y hoy
pudiera ser funestísima aquella
odiosa distinción entre españoles  europeos y americanos.

Comentario: Este catecismo abarca los de la independencia y sus preguntas comprende este suceso preguntas;como ¿que es independencia? ¿que países están en independencia? en ¿cuantos gobiernos de dividen? y desde luego la religion.

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